De un girasol a la innovación. Cómo la compañía SolarGaps surgió a partir de una idea.
En todo el mundo una imagen del girasol representa al símbolo del movimiento antinuclear y se usa a menudo como un símbolo de la tecnología solar.
Y existe una causa particular para lo indicado: ninguna otra planta tiene un enfoque tan definido al sol.
Los girasoles jóvenes, girándose, siempre siguen al sol durante el transcurso del día, mientras el girasol maduro se orienta permanentemente hacia el este.
No más que en el año 2016, conforme a los resultados publicados de una extensa investigación realizada por el investigador Winslow Briggs (90) en la Universidad de Stanford, se hizo evidente el modo con el que la majestuosa flor es capaz de girarse alrededor de sí misma y como funcionan esos procesos: son los jugos de la planta que aseguran la inclinación y la rotación de las hojas para que siempre reciban la cantidad suficiente de la luz solar.
Los girasoles maduros, a su vez, usan otro truco: ellos están girados a la dirección oriental, hacia la salida del sol al amanecer. Las flores cálidas atraen más abejas y otros polinizadores. Winslow Briggs descubrió que las hormonas vegetales controlan este proceso fabuloso y observable como una especie del reloj interno.
Yevgeniy Erik también observó tal tipo del espectáculo desde una ventana. La luz brillante del sol en los vidrios de la ventana y el proceso natural del comportamiento de los girasoles despertaron en su interior una reflexión impulsiva: las persianas enrollables en las ventanas serían perfectamente convenientes para generar la energía solar. Y si las ventanas como los girasoles, también puedan inclinarse automáticamente hacia el sol, serían los mini-sistemas solares perfectos y, al mismo tiempo, los sistemas excelentes externos de protección contra la luz solar.
De esta manera, las habitaciones ya no podrían absorber el calor en verano y, al mismo tiempo, las persianas inteligentes eléctricas externas podrían producir la energía para alimentar diariamente los electrodomésticos en casa. Si alguien se encargaba de la tarea de producir tal tipo de persianas solares, su idea podría modernizar a decenas de millones de casas en todo el mundo y equipar a los edificios nuevos con tales ventanas solares desde el principio en su construcción.
Esto reduciría las emisiones de CO2 en todo el mundo, y de repente los hogares no solamente podrían ser inteligentes sino también respetuosas con el medioambiente. El joven inventor no dejó pasar por alto este pensamiento. Con el apoyo de un ingeniero técnico, la idea se convirtió en un proyecto innovador. Junto a otras personas que también estaban entusiasmadas con la idea fueron creadas las primeras persianas enrollables solares. Fueron cuatro años de duro trabajo en desarrollo e investigación, lo que posteriormente llevó a la creación de la compañía “SolarGaps” que siguió con los trabajos mencionados.
Las persianas venecianas Solargaps ya están disponibles y pueden ser importadas bajo pedido a España y Latinoamérica, fabricadas a medida. Se manejan fácilmente con un mando a distancia, un smartphone o con “Alexa” desde Amazon o Google Home.